Historia

Que lloren los que vendrán a esta tierra sin conocer a Fidel

San Luis, nov. 25, 22. _ Buscando frases y palabras para hacer una crónica desperté y todo se me agolpaba, imágenes vividas o escuchadas, anécdotas que de tanto leerlas las incorporé como mías, sueños presentes y futuros, todo con una música, cabalgando con Fidel, así me desperté, pero la musa nunca apareció y preferí parafrasear esta maravilla de Vismar Pupo Martínez que encontré en la Agencia Cubana de Noticias.

Que lloren las generaciones futuras, esas que querrán escribirle una crónica pero, desesperadas, fracasarán porque tendrán que imaginarlo sin conocerlo, nosotros no, nosotros lo vivimos, lo disfrutamos, anduvimos con él, yo lo conocí en Yara, ya lo había visto en la plaza de la Revolución, muy lejos y me prometí que cuando lo tuviera más cerca llamaría su atención pero aquel 17 de mayo de 1984 pasó sólo a unos metros de mí y quedé petrificado, lo miré y quiero pensar que él también me miró, conservo su imagen hasta hoy, era enorme.

Los jesuitas de Belén dijeron: “Fidel Castro se distinguió siempre en todas las asignaturas relacionadas con las letras… Fue un verdadero atleta, ha sabido ganarse la admiración y el cariño de todos. Cursará la carrera de Derecho y no dudamos que llenará con páginas brillantes el libro de su vida. Fidel tiene madera y no faltará el artista.”

Lo demás es historia conocida, que con 26 años y después de haber protagonizado, junto a otros valerosos cubanos el ataque al cuartel Moncada, y enfrentando un juicio que podía condenarlo a más de 20 años de cárcel, profetizó La historia me absolverá y no sólo fue absuelto, sino que cumplió su promesa, durante los preparativos de la expedición del Granma fue una constante su convicción en el éxito, si salgo, llego, si llego entro, si entro, triunfo, y así fue.

Cuando sólo quedaban unos pocos hombres y menos fusiles después de Alegría de Pío, al ver a su hermano Raúl expresó “ahora sí ganamos la guerra”

Después vendría el triunfo, la crisis de octubre donde, al decir del Che, nunca vio brillar tanto a un estadista, Girón, el derrumbe del campo socialista, el periodo especial, Elián, los Cinco Héroes y aquella frase que parecía imposible: VOLVERÁN.

Así prefiero decir como escribió el colega “Celebremos por haber sido sus contemporáneos. Que lloren aquellos que no lo conocerán. Que lloren los que vendrán a esta tierra sin compartir el tiempo de Fidel. Que lloren aquellos que mañana leerán o escucharán estas crónicas. Que lloren los padres del futuro cuando escuchen ese nombre de leyenda, y lo pondrán a sus hijos, y lo llevarán sus nietos, y se repetirá generación tras generación, y será más duradero que el mismísimo tiempo.

Que lloren aquellos que tal vez tendrán mucho que ostentar, pero no tendrán la suerte de haber sobrevivido con tantas carencias y con tanta dignidad en la Cuba del período especial.

Y tendríamos que sobrevivir al desfile de siglos y más siglos para palpar la constante reedición de su historia.

Nosotros, que sí lo conocimos, hoy podemos testificar la naturaleza de su persona eternamente optimista y alegre.

 

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