Granma, Cuba. – A 44 años de su fallecimiento, los granmenses recuerdan a la extraordinaria combatiente Celia Sánchez Manduley, cuya cultura del deber, la ética y la emancipación le hicieron sobresalir entre sus contemporáneos.

Por estos días se han efectuado en toda Granma restauraciones de obras públicas y sitios dedicados a la memoria de aquella vertical patriota y sensible dirigente revolucionaria, así como conversatorios en instituciones educativas, científicas y museos.

Para el historiador bayamés Javier Vega Leyva, la labor de Celia Sánchez fue excepcional al fomentar el vínculo de las organizaciones anti batistianas de Santiago de Cuba y el resto de Oriente cubano con el movimiento libertario 26 de Julio.

Cuánta razón tenía Fidel Castro cuando le escribió a Frank País: si esa mujer es como dices, donde mejor está es en Manzanillo, porque allí va a ser más útil.

En las montañas y en Revolución con estirpe de Mariana

Muchos documentos históricos y registros personales de combatientes de la Sierra Maestra ofrecen detalles de la eficacia, ternura, resolución y fidelidad de Celia Sánchez Manduley.

Su preparación profesional, humanismo y liderazgo predominaron en la decisión de Fidel Castro de hacerla su colaboradora más cercana en los días de la lucha guerrillera y en el gobierno revolucionario en el poder.

Celia, nacida en la comunidad azucarera y pesquera de Media Luna, fue la primera mujer – soldado del naciente Ejército Rebelde, y su meticulosa gestión de preservación de la papelería de todas las estructuras de la organización revolucionaria 26 de Julio, fue única y visionaria.

A 44 años de su muerte, los cubanos también recuerdan a Celia Sánchez como una Diputada de amplia sensibilidad para atender asuntos relacionados con la ciudadanía.