Santa Clara, Cuba. – Huracán, huracán fue lo que hicimos nosotros aquel día en Santa Clara. Así le recordaba Fidel a Díaz-Canel la histórica jornada del 30 de septiembre de 1996, cuando en apenas 12 horas – desde que se lanzó la convocatoria en el programa Patria – la Plaza del Che fue abarrotada por un pueblo deseoso de ver y escuchar al Comandante en Jefe. En aquella lluviosa tarde, Fidel saldaría una deuda con los villaclareños, y con su presencia marcaría un antes y un después para esta provincia.

Rememorar esos hechos deviene una necesidad en los tiempos difíciles que corren, para evitar la desmemoria y no olvidar que entonces, como ahora, el país atravesaba momentos difíciles —transcurrían los años duros del denominado período especial—, y la sola presencia de Fidel llenó de alegría y optimismo a los hijos de esta región central de Cuba.

En esa época existía la falsa creencia de que al líder de la Revolución no le gustaba venir a Villa Clara. De ahí que el Comandante en Jefe despejara cualquier duda en aquel trascendente discurso, donde afirmó: «Yo les puedo asegurar, con la sinceridad que me ha caracterizado siempre, que eso no tiene absolutamente nada que ver con el cariño, el respeto y la admiración que yo he sentido siempre y sentiré siempre por Santa Clara y por Villa Clara».

Resultó una pieza oratoria brillante, donde no faltó el recuento de la historia de la provincia y sus avances, así como el elogio oportuno a los hijos de esta tierra: No hay tarea, no hay proeza en que no hayan estado presentes masivamente los villaclareños.

Allí, ante la estatua broncínea del Che, a quien le había rendido tributo minutos antes, pidió levantarle un monumento al pueblo: Algún día habrá  que elevarle un gigantesco monumento a ese héroe insuperable que es el pueblo.

Hoy, casi tres décadas después, para rememorar aquel importante día habrá una gala cultural en la Sala Caturla, de la Biblioteca Martí.

Como parte de esta conmemoración se han realizado matutinos especiales en los lugares que Fidel visitó el día 29 de septiembre, como el organopónico Las Marianas, el Instituto de Biotecnología de las Plantas, la Inpud Primero de Mayo y el Contingente Campaña de Las Villas.

Y como ayer, no debemos olvidar el llamado que nos hizo a los villaclareños aquella tarde-noche: ¡Esa es la convicción que tenemos de que sabrán cumplir el deber, de que sabrán realizar y llevar a cabo todo lo que hay que hacer en estos tiempos para alcanzar la victoria!.

La visita de Fidel a Villa Clara en 1996 dejó un legado de unidad, esperanza y compromiso que sigue inspirando a las generaciones actuales.