Camilo Cienfuegos, un hombre para la historia
San Luis, Santiago de Cuba, oct. 28, 25.- Camilo Cienfuegos Gorriarán era un hombre de pueblo, un cubano de a pie, que lo dio todo por esta Isla, virtudes como el coraje, la honestidad, la solidaridad, la alegría de vivir, el patriotismo, el humanismo y la fidelidad; valores que la juventud cubana debe tener presente hoy más que nunca que nuestro país se ve amenazado por el recrudecimiento del bloqueo económico.
Quienes conocieron a Camilo Cienfuegos hablan de un hombre humilde. “Así era él de sencillo, pero increíblemente el ser humano más natural y más sencillo, su sencillez sobresalía en él. A Camilo yo lo veía tan noble, tan cariñoso, tan alegre, tan sencillo. Yo lo veía allá, en Yaguajay. Pero nos duró tan poco. Duró tan poco tiempo.”
Así lo describió Cándida Abreu Cabrera, una camagüeyana, que tuvo la oportunidad de conocerlo a los 19 años en el Central Narcisa de Yaguajay y que desde aquel 28 de octubre de 1959 sufre la pérdida del Hombre de la Sonrisa Amplia y muestra su respeto a este cada año acudiendo a entregarle una Flor.
Allá vamos todos los cubanos a mostrar respeto cada 28 de octubre; pero la mejor forma de recordar a Camilo es seguir su ejemplo de hombre extraordinario, poner en práctica cada una de sus virtudes, principalmente la juventud, poner en práctica la solidaridad, en esta Cuba de hoy que tanto necesita que los cubanos nos apoyemos unos a otros, para pensar como país.
El patriotismo y el amor por la tierra que lo vio nacer, que lo llevo a dar su vida, para que disfrutemos de los privilegios que nos da la Revolución hoy. Valores como la alegría de vivir, que poseía y que siempre acompañaba con la responsabilidad en cada una de las tareas que se le asignaban. Camilo Cienfuegos es un hombre que ha perdurado en la historia porque fue un hombre de pueblo, cargado de valores morales, ese al que la poeta Mirtha Aguirre describió.
Capitán tranquilo,
paloma y león,
cabellera lisa
y un sombrero alón;
cuchillo de filo,
barbas de vellón,
una gran sonrisa
y un gran corazón.
