San Luis

El hombre siempre ha mirado el cielo en busca de respuestas

San Luis, Santiago de Cuba, ago. 13, 24._ Esa vastedad inimaginable que parece resumir el misterio y el temor hacia lo desconocido. Por ese motivo, quizás no sea en absoluto casual, que casi todos los hombres gloriosos también levanten la mirada asombrada hacia la bóveda celeste, para hacerse preguntas, para cuestionarse y sobre todo, para intentar comprender la Grandeza — así, en mayúsculas — de ése enigma que se extiende más allá de las estrellas.

Porque en un hombre como Fidel Alejandro Castro Ruz, la búsqueda de respuestas lo es todo. Y ese es justamente el sentido de mirar esa vastedad del Universo en su nombre, el secreto del mundo, lo que hay más allá de lo ordinario, lo asombroso y lo portentoso.
Porque para aquél simple mortal que supo conducir un mar de pueblo hacia la libertad, la palabra es una forma de creación asombrosa, vasta como el infinito y con toda probabilidad, tan poderosa y temible como los misterios del mismo.
Sin dudas, hace exactamente 98 años celebramos su legado, su grandeza, sus lecciones, su ejemplo, como visionario de lo que puede significar asumir el rol de contar el mundo, de desmenuzarlo palabra a palabra, de imaginarlo mucho más intrincado de lo que es y con toda seguridad, más rico en matices. Y aún así, continúa siendo el mundo, el nuestro, el de nuestra mente, el reconocible, transformado, eso sí, por la imaginación ilimitada de un revolucionario fiel que pasó a la historia convencido de que crear es una aspiración al valor de la realidad.
Sí, porque tal vez, Cuba nació con él desde Birán, allá por el año 1926. Y desde allí se encendió la llama eterna de la victoria de cubanas y cubanos por una nación libre, soberana y digna. Y quizás por ese motivo, nuestro Fidel a sus 98 años póstumos, forma parte de ese Olimpo restringido donde habitan los grandes héroes de nuestro siglo.

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