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Hace 67 años Santiago de Cuba vistió el color de la esperanza 

San Luis, Santiago de Cuba, nov. 30, 23. _ Este municipio tuvo una participación importante en los acontecimientos del 30 de noviembre de 1956.

Cuando se determina la acción armada por el movimiento 26 de Julio, en apoyo al desembarco del Granma, se recolectan los equipos bélicos que poseía la provincia y se concentran en la ciudad de Santiago de Cuba. Allí se produciría la gran hazaña.

Las visitas de Frank País García a San Luis, hasta noviembre de 1956, conllevaron a que la dirección del movimiento en el territorio y en especial su coordinador, Aldo Llorente, se relacionara con muchos de los dirigentes de la dirección provincial, por lo que estaban preparados para apoyar la gesta.

En la noche del día 29 de noviembre llegó la orden de que el movimiento de este poblado debía impedir el paso de las fuerzas del Ejército de Batista hacia Guantánamo, ya que en esta zona, simultánea al alzamiento de Santiago de Cuba, se producirían acciones.

Para cumplir esta misión se contactó en Dos Caminos con los hermanos Parladé, quienes tenían una finca cercana a la vía férrea que conduce a Guantánamo, colocando polines y cortando las líneas telefónicas y telegráficas, lo que imposibilitó todo tipo de comunicación.

Las fuerzas del tirano, por su parte, se acuartelaron sin intentar el paso hacia Guantánamo.

El 30 de noviembre de 1956, el pueblo de Santiago de Cuba vistió el color de la esperanza y, a sabiendas de que el momento histórico lo necesitaba, se lanzaron a las diferentes arterias para apoyar a los jóvenes revolucionarios que se habían adueñado de la ciudad.

Pepito Tey, Otto Parellada y Tony Alomá hoy están entre nosotros como ejemplos de tantos cubanos que dieron sus vidas honrosamente por Cuba.

Estos acontecimientos dieron lugar a que se agudizaran los enfrentamientos con el enemigo y a que el grupo revolucionario se fortaleciera.

Luego de 67 años, la juventud sanluisera continúa haciendo historia, pues está presente en las tareas productivas y sociales, se respira alegría y patriotismo, por sus calles caminan Frank, Otto, Pepito, Tony, y otros muchos jóvenes que llenan de orgullo a Santiago de Cuba.

 

 

 

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