José Antonio Echeverría, el camino de la libertad

Ya a las 11 de la mañana los dos comandos que participarían en la acción simultánea, estaban ubicados en los diferentes apartamentos del Vedado capitalino, en espera de la señal para la acción.

Con el ataque al Palacio se buscaba la eliminación física del dictador Fulgencio Batista y con la toma de Radio Reloj anunciar su muerte y convocar a una huelga general para que el pueblo se sumara a la lucha.

Aproximadamente a las tres de la tarde, un camión se estacionó en el callejón sin salida donde convergen las calles 21 y 24 en el Vedado. Del edificio aledaño, descendió por las escaleras el gru­po de jóvenes que ejecutaría las acciones previstas.

Ya en el palacio presidencial, Carlos Gu­tiérrez logra burlar la posta y llega hasta el Salón de los Es­pejos, pero Batista ya no se encontraba en su despacho.

Sin conocer que la acción había fracasado, José Antonio Echeverría junto con Fructuoso Rodríguez y otros combatientes llegan hasta Radio Reloj y coaccionan al locutor. Es entonces cuando José Antonio realiza su alocución magistral: “Pueblo de Cuba… En estos momentos acaba de ser ajusticiado revolucionariamente el dictador Fulgencio Batista. En su propia madriguera del Palacio Pre­si­den­cial, el pueblo de Cuba ha ido a ajustarle cuentas…”.

De la emisora, se dirigen a la Universidad, para tener un contacto con los estudiantes que allí les esperaban. Mas el auto don­de iba José Antonio, chocó con un patrullero. El líder estudiantil enfrentó a los esbirros. Va­rios disparos impactaron su cuerpo y lo hicieron caer al piso. Se incorporó para seguir tirando, pero una ráfaga terminó con su vida.

Faure Cho­món declaró en 1959…. si José Antonio no hubiera caído en combate, su presencia en Palacio “habría cambiado la situación. Su prestigio revolucionario ha­bría convocado a todas las fuerzas dispersas por los alrededores, em­pujado a los indecisos o impulsándolos para rescatar el camión con las armas para la operación de apo­yo. Hoy estaríamos recordando otra más grande batalla que la que dio aquel 13 de marzo”.

En su Testamento Político, José Antonio afirmaba: “Si caemos, que nuestra sangre señale el camino de la libertad. Porque, tenga o no nuestra acción el éxito que esperamos, la conmoción que originará nos hará adelantar en la senda del triunfo. Pero es la acción del pueblo la que será decisiva para alcanzarlo»

Y así fue. Jóvenes de toda Cuba se integraron a la lucha revolucionaria hasta alcanzar el triunfo el 1ro de enero de 1959.