El enemigo invisible: cuatro virus, un mismo vector
San Luis, Santiago de Cuba, nov. 18, 25.- En el corazón de nuestras comunidades un enemigo silencioso se multiplica entre charcos, patios y sombras: el mosquito Aedes Aegypti. Aunque pequeño, este insecto es el vehículo de cuatro enfermedades que hoy amenazan la salud pública cubana y latinoamericana: dengue, chikungunya, zika y Oropouche.
Escrito por Periodista Javier Labrada
A simple vista, los síntomas pueden parecer similares: fiebre, malestar general, dolores musculares. Pero detrás de cada virus hay una historia clínica distinta, con riesgos específicos que exigen atención diferenciada.
El DENGUE es el más conocido y temido. Se manifiesta con fiebre alta, dolor retroocular, erupciones cutáneas y, en casos graves, hemorragias internas y shock. Su evolución puede ser rápida y letal si no se monitorean los niveles de plaquetas. Su vigilancia es constante, pero los brotes siguen siendo recurrentes.
A diferencia del dengue, el CHIKUNGUNYA se caracteriza por un dolor articular intenso que puede durar semanas o incluso meses. Aunque rara vez es mortal, su impacto funcional es profundo: limita el movimiento, afecta la productividad y deja secuelas en adultos mayores. Su nombre, de origen africano, significa “doblarse por el dolor”.
El ZIKA suele presentarse con síntomas leves: fiebre baja, conjuntivitis, erupciones. Pero su verdadero peligro está en la gestación. Si una mujer embarazada se infecta, el virus puede provocar microcefalia en el feto y otras malformaciones neurológicas. Además, se ha comprobado su transmisión sexual, lo que amplía su alcance más allá del mosquito.
Menos conocido pero en expansión, el virus OROPOUCHE ha sido detectado en varios países del continente. Provoca fiebre, vómitos, fotofobia y, en algunos casos, meningitis viral leve. Su capacidad de afectar el sistema nervioso central lo convierte en una amenaza emergente, especialmente en zonas urbanas con alta densidad poblacional.
El Aedes Aegypti no distingue entre virus. Su picadura puede ser la puerta de entrada a cualquiera de estas enfermedades. Por eso, la prevención no puede ser fragmentada. El control del mosquito, desde la eliminación de criaderos hasta la educación comunitaria, es una estrategia integral que salva vidas.
En tiempos de crisis sanitaria, donde la información es tan vital como el medicamento, entender las diferencias clínicas entre estos virus es un acto de responsabilidad colectiva. Porque cada fiebre tiene su historia, y cada historia merece ser contada con rigor, sensibilidad y compromiso.
